jueves, 20 de febrero de 2014

Domina tu Economía Doméstica en 6 Pasos


Para la mayoría, tener el control en nuestras finanzas personales o economía doméstica, siempre ha sido un reto importante. Varias personas no se dedican a fortalecer sus conocimientos básicos en esta área, por lo que en muchos casos esto se convierte en una situación bastante problemática.
Por lo que acudimos a libros de autoayuda o independencia financiera para tratar de contrarrestar esta carencia. 
Gracias a esto, se destaca a Robert Kiyosaky, conocido a nivel mundial por su libro "Padre Rico Padre Pobre" a seis pasos vitales para controlar nuestra economía doméstica.


1.- Dedícale tiempo a tus finanzas personales

Tomar decisiones requiere conocimiento y planificación en el diseño de estrategias. Vivimos por encima de nuestras posibilidades y a un ritmo muy elevado, dejando siempre en segundo plano aquellas tareas o actividades que no nos reportan un beneficio a corto o mediano plazo, o no tenemos la obligación de llevar a cabo, como puede ser nuestro trabajo o nuestros ratos de ocio.
Aprender sobre finanzas, sobre organización, diseñar estrategias y controlar nuestra economía doméstica requiere tiempo; tiempo que tenemos que marcarnos en función de nuestras necesidades para controlar fielmente nuestra situación y para aprender sobre todo aquello que no sepamos. El aprendizaje y la reflexión son los pilares de una correcta organización financiera.


2.- Calcula tu patrimonio, busca el punto de partida

Todas las estrategias tienen que partir de una salida. Nuestra salida financiera consiste en calcular nuestro patrimonio, nuestros bienes, derechos y nuestras obligaciones.
He aquí una página que te ayudará a calcular tu patrimonio neto de manera sencilla http://es.wikihow.com/calcular-el-patrimonio-neto 
Esta sencilla operación arrojará una cantidad líquida, positiva o negativa, por cierto, dado que nos podemos encontrar también con la desagradable sorpresa de partir de una economía en quiebra técnica.
Este balance de situación se puede llevar a cabo con un simple lápiz y papel o puedes hacerlo de igual manera ayudándote de algún software informático. Da igual el método empleado, lo importante es determinar a cuanto ascienden nuestros activos menos las deudas que tengamos contraidas. Este es el paso importante a llevar a cabo.


3.- Disponibilidad de gasto y presupuesto

La situación patrimonial que hemos determinado anteriormente no nos dice nada por sí sola, dado que el patrimonio no deja de ser una mera fotografía de una situación concreta de nuestro patrimonio. El segundo punto consiste en determinar la periodicidad de nuestros ingresos y gastos y elaborar una tabla con el "cash flow" o liquidez disponible en cada momento.
Para realizar esta tabla, debemos partir de un presupuesto de ingresos y gastos. La primera vez que se lleva a cabo esta tarea, es sumamente complicado dado que la mayoría de nosotros no sabemos responder a preguntas básicas sobre nuestros gastos, tales como la cantidad de dinero que nos gastamos en alimentación, ropa o los ingresos mensuales que tenemos.
Basta con realizar en una hoja de cálculo cuánto dinero ingresamos y cuánto gastamos, asumiendo de manera realista nuestra situación, sobre todo por el lado de los gastos. Una vez plasmados todos nuestros gastos, simplemente debemos conseguir que nuestro cash-flow de cada período sea positivo y que mensualmente consigamos incrementar sustancialmente nuestro patrimonio calculado en el punto anterior.


4.- Elabora tu plan de acción

Una vez que conocemos el flujo de caja, seremos capaces de determinar qué puntos de nuestras finanzas necesitan mayor atención y en cuáles podemos realizar recortes.
Las posibilidades son prácticamente infinitas, pero casi siempre pasan por moderar el consumo y los pequeños gastos. Ojo, moderación no significa aplicar el "factor latte" (es la cantidad de dinero que gastamos diariamente en gastos de escasa cuantía que acumulados a lo largo de nuestra vida, podría generar un ahorro importante), tampoco en todos nuestros gastos. El objetivo a batir es conseguir gastar sólo un 70% de lo que ingresamos, ahorrar un 20% y destinar 10% a imprevisto o desvíos presupuestarios.
Los porcentajes anteriores son orientativos y por ello, el factor de ahorro puede ser más flexible, pero nunca debe ser inferior al 10% de mis ingresos. Es decir, si mis ingresos netos son de $1.500.000, como mínimo debo ahorrar $15.000 mensuales.


5.- Busca tu meta financiera

Ahorrar no es sencillo e incluso se puede decir que va en contra de la naturaleza humana. Además, la sociedad en la que vivimos nos está constantemente impulsado al consumo. A pesar de ello, el ahorro por ahorro no tiene sentido y  cada persona debe identificar una meta para la acumulación de riqueza que realiza.
¿Qué meta es la que nos marcamos?
Va a depender profundamente del momento de nuestra vida en que nos encontremos, de las perspectivas que tengamos a medio o largo plazo y de los miembros de la familia que dependan de nosotros. La búsqueda de nuestra meta es una labor que requiere reflexión, que funciona como recompensa al esfuerzo y que nos va a servir como premio al final del camino que hayamos escogido recorrer.


6.- Si tú trabajas, tu dinero también tiene que hacerlo

El dinero que no genera rendimientos, es dinero que se deteriora, se estropea, y caduca. Esta pérdida de valor en el tiempo es latente si no somos capaces de pensar una serie de sistemas que hagan generar a mi dinero, más dinero.
La base de las finanzas se encuentra ahí; el dinero debe circular, transformarse, pasar de un activo a otro sin pereza, con el objetivo de mejorar cada día la rentabilidad que me generan mis ahorros y mi patrimonio líquido.
Estas fórmulas para hacer trabajar el dinero son muy variadas. Tengamos presente que entramos en el campo de las inversiones, en asunción de niveles de riesgo y en la capacidad que puede tener cada producto para generar mayores rendimientos monetarios.
Estudia varios vehículos de inversión y hazte asesorar por algún profesional.
Como podemos ver, hacernos con el control de tus finanzas personales no es tan complicado, sólo exige un poco de dedicación y una buena dosis de disciplina para mantener a raya los gastos y maximizar tu dinero.



Espero te haya gustado este artículo, no olvides dejar tu comentario y nos estamos viendo...
Hasta la próxima!!!
Gracias!!

Miguel Amaza.
  
 

 



No hay comentarios.:

Publicar un comentario